Lo escencial es invisible a los ojos

Cuenta la historia que en un pueblito una bruja envenenó el pozo de agua; el cual saciaba la sed de todos sus habitantes; las personas al beberla se convirtieron todos en locos; el único que no bebía de ese pozo era el rey, entonces el único que no estaba loco era el monarca.

Los problemas comenzaron cuando el pueblo y el rey comenzaron a cuestionarse mutuamente; para los habitantes el rey estaba mal por no estar loco como ellos y para el rey el loco era el pueblo ya que se suponía que era el único cuerdo; pero con el correr de los días, quien comenzó a preguntarse si no estaba equivocado era el rey por lo que un buen día decidió también beber el agua del pozo y convertirse en loco.

Y hoy he decidido beber del pozo de la locura de este mundo; porque de verdad que día con día cada vez me cuestiono más el hecho de que la cuerda no soy yo, ¿cómo es posible que todo el mundo piense y actue igual y yo diferente?, definitivamente la que tiene que seguir la turba soy yo; porque hasta hoy ser yo, ser diferente, ser una mujer íntegra en mis valores no me ha causado más que problemas; definitivamente al Cesar lo que es del Cesar y a Dios lo que es de Dios; y al pleno, un poco de su propia medicina; desde hoy jugaré con sus propias armas y con sus mismas reglas.